La Unidad de Terapia Intensiva Pediátrica (UTIP) del Hospital Provincial Neuquén Dr. Eduardo Castro Rendón cumple 31 años. Fue inaugurada un 10 de febrero de 1992 y comenzó a funcionar con 3 camas en un pequeño espacio que fue cedido por el médico cirujano Carlos Gagliardi. Anterior a esta inauguración los niños y niñas eran atendidos en la UTIA (Unidad de Terapia Intensiva de Adultos).
La historia comenzó en 1978 cuando un grupo de profesionales encabezados por el doctor Daniel Allende ventilaron en la Terapia de Adultos a un niño de 8 meses con una bronquiolitis severa, y a partir de allí se continuó internando en ese lugar a niños críticos que necesitaban asistencia respiratoria mecánica.
El jefe de internación de la UTIP del HPN, Germán Kaltenbach, comenta “Daniel Allende era un pediatra que estaba formado en el hospital de Niños Gutiérrez de Buenos Aires y tenía la experiencia de ver pacientes críticos porque ya contaban con terapia pediátrica” y agregó “fue importante la iniciativa de ventilar a un niño utilizando la terapia de adultos porque en el hospital no había terapia pediátrica en ese entonces”.

Fue muy importante el apoyo del Jefe de la UTIA, el médico Roberto Bissoni, la jefa de Enfermeras, Azucena Correa, y todo el staff de médicos y enfermeras del sector para poder atender a los niños en el lugar. En un principio solo había respiradores de adultos, que se utilizaban con circuitos pediátricos y se pudo crear una guardia pasiva de terapia pediátrica “ad-honorem”. Hay muy pocas experiencias publicadas de terapias pediátricas que hayan comenzado en una terapia de adultos.
En el año 1985 una empresa donó dos respiradores pediátricos y se sumaron a las guardias pasivas tres pediatras: los doctores Jorge Lacroze, Carlos Reeves y Claudio Ronis; además se nombraron las primeras seis enfermeras que trabajarían con los pacientes pediátricos exclusivamente. De a poco se iba conformando un equipo de trabajo para la futura UTIP.
En 1988, gracias a Ángela de Sfeir, presidenta de la Cooperadora del Hospital Provincial Neuquén, se logró una donación de la Fundación del BPN. Se adquirieron monitores de tensión arterial oscilométricos, oxímetros de pulso (los primeros en la Patagonia), nuevos respiradores de presión para uso en niños pequeños y adultos, bombas de infusión y todo el equipamiento de camas, carros de reanimación y mueblería necesaria para funcionar.
Creación formal de la UTIP y su inauguración
A fines de 1989, cuando estaba como jefa de Pediatría la doctora Celia Destéfano, se creó la Unidad de Terapia Intensiva Pediátrica, como un sector del Servicio de Pediatría que funcionaría dentro del área física del Servicio de Terapia Intensiva de Adultos. Mucho influyó también el apoyo de su esposo, el doctor Carlos Casullo, neurocirujano de adultos que también operaba a los niños críticos.

En el año 1990 se logró consolidar una guardia activa pediátrica con la participación de los Doctores Teresa Kantolic, Raquel Bianchi, Jorge Lacroze, Carlos Reeves, Mario Polischuk, Ricardo Ruttiman y Otto Maliarchuk.
Contando ya con guardias activas, equipamiento moderno y cada vez más pacientes finalmente llega la independencia de la Terapia de Adultos. El cirujano Carlos Gagliardi, cedió su pequeño quirófano en planta baja donde curaba a sus pacientes, y se pudo contar con una planta física propia para internar los niños críticos. Con los nombramientos de enfermeras, con el pase de ocho de ellas de UTIA, y con la conducción de Nelly Alastuey, se pudo crear un plantel de enfermería, mucamas y camilleros, y el lunes 10 de febrero de 1992 se inauguró la Unidad de Terapia Intensiva Pediátrica.
En el período 1992-1997 se internaron 630 niños, (105 anuales) con 18,5% de mortalidad, 80% en ARM. Con guardia activa, planta física (3 camas con equipamiento completo) y recurso humano propio.
En busca de un espacio más grande
Con un crédito del Banco Mundial se pudo construir en tan solo 10 meses un nuevo espacio para la UTIP, junto con los nuevos consultorios externos del hospital.
El 18de noviembre de 1997se habilitó la planta física definitiva del Servicio de Terapia Intensiva Pediátrica. Esta contaba con lugares para terapia intensiva e intermedia totalmente equipados; unidad de reanimación y procedimientos, office respectivos para enfermería, lugar de actividades compartidas, dormitorios y un lugar para estadía y descanso de los padres.
Fue la primera Terapia Intensiva Pediátrica y la de mayor complejidad de la Patagonia, haciéndose conocida en el país.
Residencia y actualidad
En mayo 2003 se inició la Residencia post-básica de Terapia Intensiva Pediátrica en el HPN y fue la primera en la Patagonia, “hoy la mayor parte del plantel de médicos de planta son egresados de esa residencia”, comentó Germán Kaltenbach y agregó “nuestra residencia está proveyendo terapistas para otras partes del país, donde faltan, ha crecido mucho”.
Con la Jefatura de doctor Federico Laffaye, la Terapia Pediátrica dejó de formar parte del Servicio de Pediatría como unidad, para constituirse en un servicio.
“La UTIP se ha ido acomodando a las necesidades y el crecimiento de la provincia y la ciudad, hace algunos años atrás se derivaban una cantidad importante de pacientes porque no se les podía dar resolución y hoy el crecimiento del hospital y de la terapia acompañándolo y a las necesidades de la población, ha hecho por ejemplo que nosotros desarrollemos enormemente los programas quirúrgicos” dijo Kaltenbach y agregó “antes un chico que tenía problemas del corazón, neuroquirúrgico o un problema de cirugía general en la mayoría de los casos se subían a un avión y se iban a otro lado, con todo lo que implica para la familia y el paciente, hoy casi no derivamos pacientes, resolvemos todo lo que la provincia necesita y es más, resolvemos problemas de otras provincias también”.
“Actualmente en el Servicio de Terapia Intensiva Pediátrica contamos con 7 unidades de Terapia Intensiva y 8 de Terapia Intermedia, con un promedio de entre 300 y 400 egresos anuales” dijo Kaltenvach y agregó “somos once especialistas en Terapia Pediátrica, y tenemos un plantel de 60 enfermeros de excelencia”.